TECHO Latam https://techo.org Fri, 31 Jan 2025 21:54:55 +0000 es hourly 1 https://techo.org/wp-content/uploads/2021/09/isotipo-02-150x150.png TECHO Latam https://techo.org 32 32 15 Años de TECHO en Haití https://techo.org/15-anos-de-techo-en-haiti/ Fri, 31 Jan 2025 21:45:32 +0000 https://techo.org/?p=24459

Este 2025 marca 15 años de trabajo de TECHO en Haití, un país al que la organización llegó para responder de inmediato a la emergencia del terremoto, una de las crisis humanitarias más devastadoras de la región. Lo que comenzó como una acción de emergencia se convirtió en un compromiso sostenido en el país más pobre de Latinoamérica, adaptando estrategias y trabajando junto a las comunidades y la juventud latinoamericana y haitiana, para impulsar transformaciones en las zonas más vulnerables.


La tarde del 12 de enero de 2010, un terremoto de magnitud devastadora sacudió Haití, dejando 316.000 muertes, 350.000 heridos y 1.5 millones de personas sin hogar. Dos semanas después, TECHO llegó al país con un equipo de avanzada, preparando la respuesta de emergencia para apoyar a las familias afectadas.


Luis Barillas, voluntario de El Salvador y en aquel entonces estudiante universitario, recuerda que al enterarse del terremoto no dudó en sumarse a la primera misión internacional de TECHO en Haití.  Siendo de los primeros voluntarios en llegar, la magnitud de la destrucción era indescriptible: edificios colapsados, calles llenas de escombros y familias sin un lugar donde resguardarse. Para él, fue un choque de realidad.


Luis comenta que ante las adversidades que tuvieron que enfrentar en los primeros días, “lo que ayudó un montón fue la sangre latina, a través de la risa de las bromas, nos entendíamos super bien”. 


Proveniente de Chile, Sebastián Smart comenzó su viaje con TECHO en 2010, recién casado, viviendo una experiencia compleja pero enriquecedora. En esos primeros días, no había estructura, solo “gente con muchas ganas de quedarse ahí y trabajar”. Recuerda cómo “esa casa llegó a tener unas 20 personas que trabajaban día y noche… una especie de casa reality”.


No había proveedores de viviendas, pero Sebastián cuenta que todo cambió cuando encontraron a un hombre que hacía pupitres en la calle. Este hombre, también movido por la urgencia, armó una fábrica de viviendas prefabricadas ante la demanda de 2000 viviendas en un mes. Él comenta que no se trataba tan sólo de construir viviendas, sino también esperanza. 


Sebastián resalta el valor del apoyo de todos los TECHOs de Latinoamérica, que ayudaron a organizar el voluntariado y coordinar el proceso. Este esfuerzo permitió la creación de una base de TECHO en Haití, sustentada en tres pilares: recursos necesarios, voluntariado (principalmente estudiantes universitarios) y el trabajo conjunto con las comunidades. Gracias a esta coordinación, TECHO fue la primera organización en construir viviendas en Haití tras el terremoto, completando 500 viviendas y ganándose el reconocimiento de la comunidad.


2011: Intensificación de la respuesta a la emergencia.


Un año después del sismo, TECHO movilizó a cientos de voluntarios de toda Latinoamérica para participar en la construcción más grande hasta la fecha. Durante esta etapa, la colaboración entre familias haitianas y voluntarios sentó las bases de lo que sería una presencia sostenida de TECHO en el país.


Carlos Realpe, un joven colombiano de 19 años, viajó a Haití en 2011 junto con TECHO. Su experiencia fue profundamente impactante, especialmente por compartir con otros voluntarios que habían sido afectados por el mismo terremoto. A pesar de las diferencias, Carlos cuenta que “los lenguajes no había en común, pero los límites de fronteras desaparecerían trabajando en conjunto, por justicia, con la conexión, con un abrazo”. Esa conexión, desde el hacer, transformó la vida tanto de las familias como de quienes pasaron por allí.


Según Carlos, TECHO logró ser coherente con su misión de generar conexión y ofrecer una experiencia profunda con las familias. Además, destacó que TECHO fue clave en el desarrollo de capacidades tanto en los voluntarios como en las comunidades: “un gran ejemplo de esto eran los mismos voluntarios de Haití que eran personas damnificadas que lograron salir adelante”. Para él, esta experiencia evidenció la resiliencia de la organización frente a dificultades políticas, económicas y desastres naturales.


2014: Estructuración y Fortalecimiento del Voluntariado Local.


TECHO estableció formalmente su oficina en Haití en 2014, consolidando un equipo de voluntariado conformado por jóvenes universitarios haitianos comprometidos con el desarrollo de su comunidad. En esta etapa, la organización reorientó sus estrategias hacia un trabajo comunitario más profundo, fortaleciendo su impacto.


2019: TECHO Caribe y la Respuesta al Contexto Social.


Ante la creciente complejidad del contexto social en Haití, en 2019 nació el proyecto TECHO Caribe, una iniciativa que permitió seguir brindando apoyo a familias en situación de vulnerabilidad mediante alianzas con socios locales.


2024: Reconocimiento a la Reconstrucción de Viviendas.


El trabajo de TECHO en Haití recibió un importante reconocimiento en los LATAM Smart City Awards, premiando el proyecto «Reconstrucción de Viviendas en Don L’Amitié». Este reconocimiento destaca la dedicación de voluntarios, vecinos y donantes que han hecho posible la construcción de un Haití más justo. 

A lo largo de estos 15 años, TECHO ha evolucionado para adaptarse a las necesidades de Haití, pero su esencia sigue siendo la misma: transformar realidades junto a las comunidades. La experiencia de estos voluntarios nos demuestra que el compromiso con el cambio  trasciende fronteras. Haití aún necesita de todos nosotros. Seamos parte del cambio, dona aquí. 

Escrito por Lucía Carabelli. 

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Historia de Chuy https://techo.org/historia-de-chuy/ Sun, 29 Dec 2024 00:01:26 +0000 https://techo.org/?p=24411 En la comunidad de Jardines de San Juan, Ciudad de México, María de Jesús Padilla, mejor conocida como «Chuy», se ha convertido en el corazón del Centro Comunitario. Todos los sábados, su hogar se llena de vida y creatividad mientras realiza talleres para adultos mayores, enseñándoles a transformar materiales reciclados en obras de arte. Para Chuy, el cuidado del medio ambiente no es solo una pasión, es un estilo de vida que busca compartir con su comunidad.

Sin embargo, su historia no siempre estuvo llena de colores y esperanza. Su vivienda, antes hecha de madera deteriorada, sufría el impacto del tiempo y el cambio climático. Cada temporada de lluvias era una batalla, pero lo que más le preocupaba era el baño. Con soluciones improvisadas que dañaban la tierra, Chuy sentía que estaba contradiciendo su compromiso con el medio ambiente.

Todo cambió cuando TECHO México llegó a su comunidad. La construcción de su nueva vivienda y un baño seco no solo mejoró su calidad de vida, sino que también le devolvió la tranquilidad de saber que sus acciones ya no perjudican al planeta. Ahora, su hogar no solo es un refugio seguro, sino también un taller donde el arte y la conciencia ambiental se encuentran.

“TECHO es así, como un ángel, tiene alas tan enormes que cobija a mucha gente, y yo he sido de las más afortunadas”, dice con gratitud.

Hoy, Chuy continúa inspirando a sus vecinos con su arte, sus talleres y su ejemplo de vida. Gracias a su esfuerzo y al apoyo de TECHO, su comunidad no solo ve en ella a una líder, sino a una amiga que, con creatividad y determinación, está dejando un legado de respeto por el medio ambiente y solidaridad.

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Historia de Teresinha https://techo.org/teresinha/ Sat, 28 Dec 2024 23:58:56 +0000 https://techo.org/?p=24406 Cada noche de lluvia, Teresinha se convertía en la primera esperanza para las 80 familias de su comunidad. Cuando las casas se inundaban y el agua amenazaba con arrasar lo poco que tenían, era ella quien organizaba la ayuda, consolaba a los vecinos y buscaba soluciones urgentes. Pero mientras lideraba con fortaleza, su propio hogar era un reflejo de los mismos desafíos: una pequeña vivienda de materiales frágiles al borde de un barranco, constantemente invadida por el agua y el lodo.

En 2016, un encuentro inesperado marcó el comienzo de una transformación. Un grupo de jóvenes voluntarios de TETO llegó a la comunidad con una propuesta: trabajar juntos para mapear a 50 familias que necesitaban apoyo y construir viviendas de emergencia. Teresinha, con su determinación innata, aceptó el reto, liderando el proceso y movilizando a sus vecinos para convertir esa promesa en acción.

Cuando su nueva vivienda estuvo lista, los cambios fueron inmediatos y profundos. “La casa está suspendida del suelo, no entra lodo ni agua cuando llueve. Es más aireada en el calor y más calientita en el invierno», dice emocionada. Pero el impacto no solo fue estructural; transformó la vida cotidiana de su familia.

Con una casa digna, Teresinha vio mejoras en la salud de sus hijos, quienes ahora podían jugar sin miedo a los bichos o al lodo. Por primera vez, se sintió cómoda recibiendo visitas en su hogar, algo que antes parecía imposible. “Ahora vivimos en un espacio confortable, acogedor y digno para un ser humano», expresa con una sonrisa que refleja más que palabras: refleja esperanza.

La historia de Teresinha no solo es la de una mujer que transformó su hogar, sino también la de una líder que, al cambiar su realidad, inspiró a toda su comunidad a soñar con un futuro mejor.

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Historia de Daniel https://techo.org/historia-de-daniel/ Sat, 28 Dec 2024 23:52:48 +0000 https://techo.org/?p=24403 Él es Daniel, un joven que en TECHO expermientó por primera vez la sensación de ser movilizado por un sueño. Daniel, entonces estudiante de Economía, escucha a uno de sus amigos hablar sobre una convocatoria que había escuchado en la radio. Se trataba de un encuestamiento en Charallave, estado Miranda, organizado por el voluntariado de TECHO. Aunque nunca había participado en algo así, Daniel decide unirse por curiosidad, sin saber que esa decisión marcaría un antes y un después en su vida.

La experiencia en Charallave fue un despertar. Al recorrer las calles, conversar con las familias y entender de cerca sus necesidades, Daniel comenzó a ver la pobreza desde una perspectiva que los libros de economía no podían enseñarle. En abril, regresa para participar en la construcción de viviendas de emergencia, esta vez con un propósito más claro: involucrarse, aprender y contribuir desde su lugar.

A través de esas jornadas de trabajo bajo el sol, cargando herramientas y compartiendo comidas improvisadas, Daniel no solo ayudó a construir casas, sino también amistades profundas. «Los amigos que hice en TECHO se convirtieron en familia», reflexiona, recordando las risas, las conversaciones largas y las conexiones que surgieron en las comunidades.

Pero su experiencia fue más allá de lo personal. Participar en TECHO lo transformó en alguien más sensible y crítico frente a las desigualdades de su entorno. Las historias que conoció y las realidades que presenció lo impulsaron a especializarse en políticas públicas, convencido de que era necesario entender y abordar los problemas desde la raíz. Para Daniel, ser voluntario no solo era construir casas, sino también romper estigmas y replantear su manera de ver el mundo.

Las conversaciones que antes evitaba se volvieron inevitables. Con amigos y familiares, comenzó a hablar de temas como la pobreza y la desigualdad, generando discusiones que antes no existían en su entorno cercano. Él mismo admite que, de no haber sido por TECHO, quizás nunca habría tenido el coraje de abordar esas realidades con quienes lo rodean.

De su tiempo como voluntario, lo que más valora son las lecciones aprendidas. Entendió que la pobreza no es un concepto abstracto ni un problema que se resuelve con soluciones rápidas; es una realidad compleja, llena de matices, que requiere empatía, acción y la capacidad de dejar atrás los prejuicios.

Hoy, mientras termina su maestría en Economía del Comportamiento en Inglaterra, Daniel extraña las actividades en comunidad, los momentos compartidos con las familias y la conexión humana que encontraba en cada construcción. TECHO fue más que una experiencia pasajera; fue el punto de partida de un camino de transformación personal y profesional.

Aunque ahora esté lejos, Daniel lleva consigo las herramientas que adquirió como voluntario: la sensibilidad para entender el contexto, la voluntad de incidir en su entorno y el compromiso de trabajar por un mundo más justo. Porque, como él mismo dice, una vez que vives la realidad desde los ojos de quienes más la sufren, nunca vuelves a ser el mismo y te conviertes parte del motor del cambio para alcanzar un mismo sueño: que nadie viva en un piso de tierra.

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Historia de Michelle https://techo.org/historia-de-michelle/ Sat, 28 Dec 2024 23:45:52 +0000 https://techo.org/?p=24399 Michelle es una joven estudiante que en TECHO encontró un tesoro: la empatía. En 2019, ella estaba cursando la universidad cuando un grupo de voluntarios de TECHO visitó su campus para invitar a los estudiantes a participar en la Colecta anual. Para ella, ese momento fue decisivo. Desde hacía tiempo soñaba con ser voluntaria en alguna organización, y esa invitación fue la oportunidad que había estado esperando. Sin dudarlo, decidió unirse, marcando el inicio de una etapa transformadora en su vida.

Desde aquella primera actividad, Michelle se ha mantenido constante en cada proyecto, involucrándose con entusiasmo y dedicación. Al reflexionar sobre su experiencia, reconoce que TECHO no solo ha generado un impacto visible en las comunidades donde trabaja, sino también un cambio profundo en las personas que participan. Para ella, el impacto va más allá de las construcciones; está en la capacidad de generar empatía, unidad y transformación.

En su caso, su vida dio un giro drástico. Antes de unirse a TECHO, solía observar las problemáticas de su entorno desde la distancia. Ahora, se define como una persona más sensible y empática, alguien que no solo reconoce los problemas, sino que busca activamente soluciones. «Desde entonces, trato de ayudar o buscar maneras de contribuir», dice, con una convicción que demuestra su compromiso.

Lo que más admira de TECHO es cómo fomenta el trabajo en equipo entre los vecinos, los voluntarios y la organización. Para Michelle, este esfuerzo colectivo no solo genera proyectos útiles e importantes para las comunidades, sino que también sienta las bases para beneficiar a las futuras generaciones. «El impacto que TECHO tiene en mi comunidad es crear el trabajo en equipo para lograr cambios significativos», afirma.

Si tuviera que definir a TECHO en una sola palabra, elegiría empatía. Porque, para ella, esa es la esencia de la organización: la capacidad de conectar con las necesidades de las comunidades, trabajar con ellas y construir soluciones desde la voluntad compartida.

Hoy, Michelle continúa siendo parte activa de TECHO, convencida de que el cambio comienza con pequeñas acciones colectivas. Su historia es un recordatorio de que los sueños, cuando se cruzan con oportunidades, pueden no solo transformar vidas individuales, sino también impactar comunidades enteras.

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Historia de Jackeline https://techo.org/historia-de-jackeline/ Sat, 28 Dec 2024 19:59:58 +0000 https://techo.org/?p=24396

Jackeline Borges, una líder comunitaria de 34 años, ha dedicado su vida a mejorar las condiciones del sector del Parnaso, en Turgua, donde ha vivido desde siempre. Su conexión con TECHO comenzó en 2016, cuando el equipo de TECHO Venezuela llegó a su comunidad para realizar una capacitación. Ese encuentro sembró en ella el deseo de involucrarse activamente en los proyectos de la organización.

Desde entonces, Jackeline ha trabajado mano a mano con los voluntarios, aprendiendo habilidades que le han permitido crecer tanto personal como comunitariamente. Para ella, el mayor impacto de TECHO ha sido enseñarles a los vecinos a unirse y trabajar juntos para resolver los desafíos que enfrentan día a día.

“Gracias a TECHO, la comunidad ha aprendido a trabajar unida y en equipo para solventar las problemáticas”, expresa con gratitud.

Con una energía inagotable, Jackeline anima a los voluntarios a continuar con su labor en comunidades vulnerables. Su historia es un recordatorio de que el compromiso y la colaboración pueden generar cambios duraderos, no solo en los espacios físicos, sino también en las vidas de quienes los habitan.

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Historia de Aby https://techo.org/historia-de-aby/ Sat, 28 Dec 2024 19:55:30 +0000 https://techo.org/?p=24391 Aby tenía 16 años cuando decidió sumarse a TECHO Guatemala. No fue una decisión planificada, sino una curiosidad que nació de una invitación: su mejor amiga la convenció de participar en una campaña de colecta organizada por el secundario. Lo que comenzó como una oportunidad para pasar tiempo juntas, se convirtió en una experiencia que transformó su vida por completo.

En ese momento, la vida de Aby era rutinaria. Cada día se centraba en sus estudios de bachillerato, sin grandes sobresaltos ni desafíos fuera de su zona de confort. Pero todo cambió al entrar al mundo del voluntariado. La colecta fue su primer acercamiento, un espacio para conocer el ambiente y comenzar a entender la importancia de involucrarse en causas sociales.

“Yo no sería la persona que soy hoy en día si no hubiera empezado a ser voluntaria”, confiesa. TECHO le dio algo que no sabía que buscaba: la certeza de que podía hacer algo por cambiar la realidad. En lugar de quedarse con la frustración de que las desigualdades persisten, Aby decidió ser parte del cambio.

Su experiencia le permitió salir de la burbuja en la que vivía, enfrentarse a nuevas realidades y desarrollar una sensibilidad que define tanto su vida personal como profesional. Ahora, como estudiante de psicología, reconoce que TECHO le brindó herramientas esenciales: la escucha activa, la empatía y la capacidad de liderazgo.

Lo que más valora de su tiempo en TECHO son los vínculos. Para ella, las personas que ha conocido a lo largo de estos años representan un hogar, una red de apoyo que siempre la hace sentir acompañada.

Si no se hubiera anotado en TECHO, no habría descubierto mi capacidad para liderar, ni habría roto las barreras que ella misma me había impuesto. Aby no solo encontró un propósito en el voluntariado, también encontró el lugar donde crecer y ser parte del cambio.

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Historia de Carlos https://techo.org/historia-de-carlos/ Sat, 28 Dec 2024 19:51:07 +0000 https://techo.org/?p=24386

Desde siempre, Carlos ha sentido una pasión por ayudar. Su vida como socorrista en Costa Rica lo llevó a estar en constante contacto con emergencias, salvando vidas en momentos críticos. Sin embargo, sentía que algo le faltaba. No quería limitarse a responder a accidentes; quería ser parte de un cambio más profundo, que lo movilice.

Ese vacío comenzó a llenarse en el momento en que se unió como voluntario de TECHO Costa Rica. La primera experiencia en una comunidad lo impactó de manera que no había forma que no vuelva. Al ver de cerca las realidades que enfrentan tantas familias, Carlos sintió cómo su perspectiva sobre la vida cambiaba. “Con el voluntariado abrí los ojos”, recuerda. Fue ahí donde aprendió a valorar cosas que antes daba por sentadas: un colchón propio, un espacio seguro donde descansar.

Cada proyecto de construcción o actividad comunitaria lo conecta más con las personas y con su propósito. Ayudar a levantar un comedor comunitario o construir una vivienda digna junto a una familia no es solo trabajo; es una manera de dar amor, de ofrecer dignidad. Para Carlos, el voluntariado no solo es acción, es conexión: con otros, consigo mismo y con una visión de un mundo más justo.

“Compartir con las familias y las voluntades me llena mucho. Me da la sensación de que tengo familia en todo el país”, expresa Carlos. Cada experiencia fortalece su compromiso y reafirma su fe en que un cambio es posible.

Hoy, Carlos ve el impacto de TECHO Costa Rica no solo en las comunidades que acompaña, sino en su propia vida. “TECHO es mi casa, es mi familia (…) es amor puro en mi corazón.” Su camino como voluntario le ha permitido descubrir que transformar América Latina no es un sueño inalcanzable, sino una meta que late con fuerza en cada acción compartida.

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Voluntario de México viaja a Argentina a la construcción de 131 viviendas https://techo.org/voluntario-de-mexico-viaja-a-argentina-a-la-construccion-de-131-viviendas/ Sat, 28 Dec 2024 19:43:59 +0000 https://techo.org/?p=24377 Diego, voluntario de TECHO México, emprendió un viaje que impactaría su vida a través del programa Rumbos, una iniciativa que permite el intercambio de voluntariado entre países. La oportunidad surgió de un día para el otro, y aunque significaba posponer sus exámenes finales, no lo pensó dos veces. “Cuando les conté a mis profesores por qué me iba, me decían: ‘Diego, tienes que ir, no te preocupes’”, recuerda con una sonrisa.


Desde que comenzó en TECHO durante el bachillerato, Diego encontró un refugio en el voluntariado, pero esta experiencia prometía ser diferente. Viajar más de 8,000 kilómetros hasta Concordia, Entre Ríos, en Argentina, para construir 131 viviendas con baño, lo llenaba de emoción y nervios. “Me daba miedo que la cultura fuera tan distinta, acercarme a una comunidad tan lejos de casa era un reto”, confiesa.


En el avión conoció a los otros dos voluntarios mexicanos que lo acompañarían. Al llegar, Diego se sorprendió por la calidez del grupo de voluntarios argentinos y la conexión que logró con las dos familias con las que construyó. A pesar de las diferencias culturales, todos estaban unidos por un objetivo común: que 131 familias dejaran de vivir sobre piso de tierra.

“Desde el primer momento me sentí como en casa. Compartir mate y horas de plática con gente que no tengo nada en común, más que por ser techeros, fue increíble.”

“Nunca me había sentido tan bienvenido en un asentamiento”.La diversidad en las comidas, las tradiciones y las formas de hablar se convirtieron en un aprendizaje constante. Pero lo que más marcó a Diego fue descubrir “el poder del hacer” en conexión con voluntarios de toda Argentina y otros países.


El viaje con Rumbos no solo le permitió construir viviendas, sino también encontrar la unidad del voluntariado de TECHO en toda América Latina, reforzando su compromiso con una causa que trasciende fronteras.

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Historia de Consu https://techo.org/historia-de-consu/ Mon, 23 Dec 2024 19:28:46 +0000 https://techo.org/?p=24372 Consu llegó a la Isla del Oasis, en  Colombia, con sus hijas pequeñas y un corazón lleno de sueños. En la esquina del barrio, montó un pequeño puesto de crepas y arepas, trabajando desde temprano para llevar lo necesario a casa. Aunque su negocio le ayudaba a salir adelante, el dinero nunca era suficiente para construir algo más sólido, como una vivienda digna. Aun así, mantenía la esperanza viva en su interior.
Un día cualquiera, mientras atendía su puesto, una conversación inesperada le cambió la perspectiva. Le hablaron de un proyecto que ayudaba a familias como la suya a construir casas, algo que para ella parecía tan lejano como improbable. Al principio, lo escuchó con cautela. Pensaba en todas las familias que vivían en condiciones similares o peores, y no podía evitar preguntarse por qué alguien la elegiría a ella para darle una mano.


Sin embargo, poco a poco, esa idea comenzó a tomar forma al conocer a TECHO. A pesar de sus dudas, decidió intentarlo. Su vida siempre había sido una lucha, pero esta vez no estaba sola. Empezó a conocer a personas que trabajaban en equipo de voluntariado y que parecían genuinamente interesadas en ayudar. Ese apoyo, esa confianza en que algo mejor era posible, encendió en Consuelo una chispa que la llevó a soñar despierta con un hogar para sus hijas.


Ese sueño se volvió realidad. Junto a un grupo de personas que trabajaron a su lado, Consuelo construyó la vivienda que tanto anhelaba. El día de la inauguración, una de sus hijas la abrazó emocionada y le dijo: «Mami, ya nos tenemos que ir para nuestra casa». Esa frase se quedó grabada en su memoria para siempre. Al entrar en su nuevo hogar, sintió cómo el peso de la incertidumbre se transformaba en gratitud y alegría.


La vida de Consuelo cambió desde aquel momento, pero ella no se quedó allí. Con el paso del tiempo, decidió devolver un poco de lo que había recibido. Comenzó a involucrarse más, a aprender, y a buscar formas de seguir contribuyendo. Hoy, se levanta temprano cada mañana para llegar a su trabajo como auxiliar administrativa de TECHO Colombia, desde donde apoya proyectos que, como el suyo, buscan transformar vidas. Ha vuelto a estudiar, convencida de que el conocimiento es una herramienta para aportar más a su comunidad y a su país.


En los pasillos de su oficina, la llaman cariñosamente «Mi Consu». Es la persona que más tiempo ha permanecido en el equipo, conocida por su energía inagotable y su sonrisa constante. Después del almuerzo, siempre ofrece un «tintico», un gesto que refleja su calidez y cercanía. Para quienes la conocen, Consuelo no es solo una compañera; es un símbolo de perseverancia, de amor por su gente, y de cómo los sueños, cuando se trabajan en equipo, se convierten en realidades.


Hoy, Consuelo no imagina su vida sin aquella decisión de confiar, sin aquel primer ladrillo que marcó un antes y un después. Su historia es la prueba de que los cambios comienzan en las esquinas más inesperadas, y que cuando la esperanza se mezcla con el trabajo colectivo, el impacto puede ser profundo y duradero.

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